Las quejas serán expresadas por las asociaciones vecinales y de usuarios de transporte en las ciudades de Candelaria, Garupá y Posadas durante la audiencia pública de este jueves 3 de febrero, donde se anunciará el boletazo desde marzo, con un valor que rondaría entre 28 y 30 pesos con la tarjeta SUBE en Posadas.
Si miramos un poquito más allá de la ciudad Capital debemos pensar por el valor del transporte público para quienes viven en las ciudades de Garupá y Candelaria, que no me sorprendería que terminen pagando alrededor de 60 pesos”, comentó el presidente del Movimiento Acción Vecinal, Luis Gilardoni, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.
“Ahí está uno de los grandes problemas porque hay una gran mayoría de esos habitantes que trabajan en la Capital y se mueven diariamente. Vemos que habrá un impacto notorio en esa población que es muy humilde”, cuestionó.
Para Gilardoni, la audiencia será “un mero trámite, como siempre, va a venir un empleado de Zbikoski con información incomprobable respecto a los gastos para brindar el servicio. Una cosa que dicen siempre”, aseguró, “es que tienen mil unidades en la calle, pero lo cierto es que no se sabe si las mil unidades están prestando servicio diariamente en las calles y a su vez facturan millones de pesos en subsidios municipales, provinciales y nacionales”.
Eso no hay quien lo controle y nos tenemos que quedar con lo que ellos dicen. En realidad terminan poniendo el precio ellos, porque acá no hay un servicio de transporte estatal, como lo tienen otras provincias para saber el real gasto”, disparó.
“Uno se da cuenta del poder que tienen cuando piensa en por qué no hay SUBE nacional. Desde más o menos 2014 se puso en vigencia la normativa para que todas las provincias la tuvieran, si es que querían seguir recibiendo subsidios; pero Misiones sigue atada a la SUBE Misionera y por ese motivo no hay control más que el de ellos mismos”, dijo.
Para el dirigente, la tarjeta nacional serviría para que las personas que vienen del interior puedan moverse con la SUBE como en su localidad y así poder pagar el precio con la tarjeta y no más caro.
La asociación que dirige Gilardoni había realizado varias gestiones para la obtención de 500 tarjetas para el uso de personas de escasos recursos que asisten a los hospitales Madariaga y Pediátrico o vienen de urgencia, pero como todo es “un negocio no hay la más mínima intención de ser un servicio”, criticó.
Para el titular de Acción Vecinal, mientras se prepara el boletazo, “la gente se queda sin colectivo después de las 22”.
“No hablo ni siquiera de una emergencia, que es en el peor de los casos, sino poder salir, planificar un paseo. Que por ejemplo en vez de cerrar todo a las 10 que cierren a la medianoche y vuelvan a abrir la transferencia a las 4 de la mañana”, deslizó.
Y finalizó: “Ahí podríamos empezar a hablar de una ciudad inclusiva y turística”.
Para el actual titular de la Asociación de Usuarios de Transporte Público Misiones, Pablo García, “el servicio debería ofrecer mucha más justicia social, que es lo que no se está garantizando. De noche funciona, pero muy relativamente, entre el centro y el barrio de Villa Cabello, pero el resto desaparece. Es decir, excepto que vivas sobre la avenida Uruguay o no muy lejos del centro, es imposible salir de noche”.
Desde la Asociación de Usuarios de Transporte Público Misiones su actual titular, Pablo García, también se expresó contra el cuestionado Grupo Z al frente de la concesión del servicio por las condiciones y características del servicio, que “no son alentadoras para pensar en que se puede aprobar un aumento”.
Y sostuvo: “Después de las 10 de la noche no hay transferencia y pasadas las 23, en las zonas más alejadas ni siquiera hay colectivos. Por ejemplo si alguien vive en la zona de Cocomarola y pierde el colectivo de las 22.35 el próximo va a pasar recién a las 2 de la madrugada”.
“Posadas muere de noche y parece que sólo podemos pensar el colectivo en horario laboral como si sirviese sólo para eso y no fuese un servicio público que debiera servir para desarrollar otras actividades de las personas”, aseguró.
“Ni hablar que la prestación del servicio sigue siendo muy mala; hubo un momento de la pandemia en el cual dejó mucho que desear, porque sacaron refuerzos y la gente se quedaba amontonada en las paradas”, añadió.
Para García, pese a que “es muy bueno que haya unidades nuevas con aire acondicionado, la verdad es que lo merecemos porque así es como se debe prestar un servicio público, que para colmo está financiado con alrededor de un millón de pesos en subsidios para las empresas”, dijo.