El Gobierno parece no entender la simbología del pueblo en las calles. Las escenas de emoción, de unidad en el dolor y la bronca se multiplican y de pronto todos se sienten parte de algo más grande, algo que explota cuando llega una banda de música, los integrantes de la división Motorizada, la llegada de los Bomberos, el ingreso perturbante de la gran columna docente que llegaba a instalarse sobre Uruguay, la necesidad de desplazamiento hasta donde están «los de Salud Pública», el abrazo entre padres e hijos policías, entre policías y profesores que rememoran el vínculo en la escuela primaria o la secundaria y ahora los iguala.
En cuanto a lo informativo, los policías no tuvieron ningún mensaje desde el Gobierno; empleados de Salud Pública comentaron a este medio que “por primera vez en la historia de Salud Pública, es la primera vez que en los Caps hay guardia mínima” y que van a permanecer en el acampe hasta que logren revertir el “acuerdo” que firmaron los sindicalistas con el Gobierno provincial. Los delegados policiales mantuvieron reuniones con todos los sectores en lucha y acordaron “no levantar ningún acampe hasta tanto no se establezca un aumento del 100×100 a cada sector.
Mientras tanto, el Ministerio de Salud Pública permanece tomado por empleados que reniegan de los sindicalistas que los representan y firmaron un acuerdo con el que no están de acuerdo.