Son tristes horas para el espectáculo argentino tras la pérdida de Rodolfo Bebán, quien falleció en la noche del sábado 13 de agosto a los 84 años, según le dijeron fuentes cercanas del artista a La Nación.
El salto a la fama de Bebán se produjo de la mano de Nené Cascallar, quien, en los años 60, lo eligió para protagonista de uno de los galanes de la novela «El amor tiene cara de mujer» junto con Bárbara Mujica y Thelma Biral. Este papel le dio la posibilidad de seguir incursionando en la pantalla chica y así llego uno de los proyectos más relevantes, «Romeo y Julieta». En esta versión televisiva de la obra de William Shakespeare, trabajó con Evangelina Salazar, quien le dio vida a la joven Julieta.
En los 70 participó en distintas telenovelas argentinas como Muñeca (1973), El Gato (1976) y Nazareno Reyes (1984) y ganó gran prestigio con la ficción «Malevo», donde encarnó a Rodolfo Escalante Almada, un joven de la aristocracia que deja de lado las buenas costumbres de su familia y se inserta en un mundo suburbano de duelos, patotas y mujeres.
Bebán fue uno de los actores más prolíficos de la Argentina, con trabajos en la televisión, teatro y cine. En su momento de mayor popularidad, hasta grabó discos con obras literarias. Su última participación en la pantalla chica y arriba del escenario fue en 2014, en «Hombres de honor» y «Camino al amor».
El actor tuvo un profundo amor por su compañera de elenco en ese momento, Claudia Lapacó. Ambos trabajaban en la novela «El amor tiene cara de mujer». Allí cruzaron caminos, fue amor a primera vista y se casaron pocos meses después.
Fruto de su amor nacieron Rodrigo y Diego. Pero luego de 4 años de convivencia, se separaron por una infidelidad. «El día que descubrí que él no estaba donde debía estar, puse fin a nuestro matrimonio. Yo era muy inocente, pero lo maravilloso es que a Bebán lo amé hasta el último día como si fuese el primero. Lloré y sufrí después de separarme, pero no estando con él«, dijo la actriz en una entrevista.