River sumó señales positivas en un partido en el que, a falta de buen juego -como si eso fuera posible con 10 días de trabajo-, volvió a competir y a desgastar al rival, un sello clave del primer ciclo de Marcelo Gallardo. Ganar como visitante en las instancias decisivas de Copa Libertadores nunca es para desmerecer, pero aún menos en estas condiciones: ganar feo también vale, o incluso vale más.
En un partido muy parejo, los pequeños detalles favorecieron a River, casi como para que un ex presidente argentino -y de Boca- repita aquello de «este culón de Gallardo»: una expulsión out of context de un defensor rival, un gol ajeno anulado por un off side de pocos centímetros -pero a la vez sin polémicas- y un gol propio convertido con el hombro. No es magia, dijo Gallardo anoche, pero sí energía positiva, la de su regreso.
Casi como sea, River debe pasar la serie ante Talleres para que el técnico-estatua tenga más tiempo para trabajar: los cuartos de final serán en septiembre, un buen -y necesario- lapso para que el equipo incorpore la idea de Gallardo. Son, entonces, tiempos para que River sobreviva a base de triunfos de cualquier índole, incluso en partidos tan cerrados como en Córdoba, ya encaminado hacia el 0-0.
A las buenas noticias de este River serio, en modo Copa Libertadores, aunque aún sin funcionamiento, se le suman los refuerzos del imperial Germán Pezzella (que alguien explique cómo estuvo a punto de no volver al club) y del debutante Fabricio Bustos, pero también los auspiciosos minutos de Matías Kranevitter y de Manuel Lanzini, como si quisieran renacer.
El actual subcampeón de la Copa Libertadores no ganó ningún partido en su camino a la final de 2023 desde los octavos de final: el River 2024 ya superó ese registro. Todavía tiene muchos puntos por mejorar (Enzo Díaz lejísimos de su mejor nivel, Adam Bareiro en etapa de adaptación), y funcionamientos como el de ayer tampoco suponen una garantía, pero ganar de visitante por la Copa sólo es para equipos que saben competir. Y de eso, Gallardo sabe como ninguno.