La oposición logró reunir una mayoría en la Cámara de Diputados para aprobar la ley que implementa la boleta única de papel en las elecciones, luego de una sesión de 12 horas que comenzó con el quórum justo y estuvo por caerse debido a las complicaciones para viajar.
La aprobación llegó después de un largo trajinar de los referentes de la oposición, que consiguieron una mayoría en el recinto hace un mes para convocar a un plenario de las comisiones. Las gestiones las inició Emilio Monzó, quien no habló para evitar grietas en una oposición que por primera vez en el año no se mostró fragmentada.
El debate continuará en el Senado, donde hay tres oficialistas que se pronunciaron a favor y alcanzarían justo para que la oposición reúna una mayoría.
Pero pedirán modificaciones o un sistema equivalente en provincias gobernadas por Juntos por el Cambio, según dijeron en las primeras negociaciones.
«Gerardo Morales traba la boleta única en Jujuy. Es un doble discurso. Si no la aplica, no la discutiré en el Senado», sostuvo ante LPO el senador Guillermo Snopek, del Frente de Todos, quien el año pasado firmó un proyecto de boleta única.
Su opinión vale doble porque preside la comisión de Asuntos Constitucionales que debería tratar el proyecto. Por ahora no hay fecha. Los otros oficialistas que avalan boleta única son el correntino Carlos Espínola y el entrerriano Edgardo Kueider, aunque elogió el sistema santafesino, con una urna por categoría.
También es el que prefiere el senador rionegrino Edgardo Weretilneck, que aportó su dupla de diputados para aprobar le ley.
De esta manera, la oposición dio un primer paso en Diputados pero la boleta única deberá esperar, entre otras cosas porque los funcionarios del Gobierno que participaron del debate en comisiones advirtieron que ya no tienen tiempo para implementarla en 2023.
En un encendido discurso de cierre, Silvia Lospennato, recordó que el reglamento del Congreso otorga tiempo hasta 2024 para sancionar la ley.
«Podría llegar a pasar que logremos alcanzar los ansiados 37 votos en el Senado y que el presidente la vete. Si es así, el año que viene volveremos a votar con este sistema antiguo, lleno de trampas, costoso y poco equitativo. Pero no tengo dudas de que en el 2023, cuando tengamos mayoría en el Senado lo haremos ley nosotros», señaló.
La sesión corrió riesgo el martes cuando la niebla demoraba vuelos y complicaba el traslado en rutas. La radical Karina Banfi, a cargo del bloque por el Covid 19 de Mario Negri, propuso demorar cuatro horas el inicio, para garantizar las presencias. La orden era que quien no tenía avión debía partir por tierra y así fue. Margarita Stolbizer estaba en la cumbre de las Américas de Los Angeles y llegó recién a las 8 de la mañana.
Podría llegar a pasar que logremos alcanzar los ansiados 37 votos en el Senado y que el presidente la vete. Pero no tengo dudas de que en el 2023, cuando tengamos mayoría en el Senado lo haremos ley nosotros.
Pero cuando se confirmaron todos los arribos hubo una sorpresa: el ministro Eduardo «Wado» De Pedro logró que el neuquino Rolando Figueroa, del MPN, no diera quórum. Pero después de votó a favor.
Lo imitó el santacruceño Claudio Vidal, quien tiene un partido provincial y hasta ahora había sido aliado del oficialismo. Hace dupla con el riojano Felipe Álvarez, otro advenedizo, que ayudó con el quórum pero fue el último en llegar.
Se esperaba la ausencia de Negri, pero no la de Victoria Villarruel, compañera de Javier Mieli, quien llegó tarde y explicó por twitter que se equivocó de horario. Sin ellos, pasada media hora de la convocatoria había 129 diputados sentados, lo mínimo para abrir una sesión. La ley fue aprobada con 132.
El modelo de boleta única elegido es el que se utiliza en Córdoba, con los todos los candidatos en una misma papeleta, los partidos políticos en la franja vertical y los categorías a elegir en la horizontal, con un casillero para que el votante elija a sus preferidos con una cruz.
Para las elecciones generales, la primera columna tiene la opción de votar la lista completa, acompañada de los escudos de cada fuerza política, cuya ubicación se define por un sorteo público. No se puede votar en blanco y si se marcan dos casilleros se anula.
Hay fotos de las fórmulas y de los primeros dos de cada lista. Pero no entran más de 5 nombres de las listas legislativas y el resto figurará en afiches pegados en los cuartos oscuros.
La ley sólo habilita boleta única para cargos nacionales (presidente, senadores y diputados) y si una provincia quisiera tener comicios locales el mismo con otro sistema podrá hacerlo. De elegir el mismo, debería dividir las boletas, lo que impediría el «efecto arrastre» de los presidentes en las provincias.
En comisión se incorporó la posibilidad de votar por correo a los argentinos que viven en el exterior, incorporada por Mauricio Macri en 2019.
«El Estado en las elecciones pasadas pagó 1 mil millones de boletas de las cuales solamente la ciudadanía utilizó 47 millones. Es decir que el 95% de las boletas se desperdiciaron, terminaron en la basura», inició el debate Miguel Nanni, de la UCR.
Florencio Randazzo fue otro de los impulsores de la ley y se ganó menciones de los oficialistas, como el jefe Germán Martínez, quien recordó cuando en 2011, cuando era ministro del Interior, elogiaba la boleta partidaria.
«Si bien el sistema es fiable, no hay ninguna duda, no es menos cierto que hay robo de boletas, que hay fiscales pagos, que las estructuras que tiene el gobierno tiene ventajas por sobre los que no lo tiene», dijo en la sesión el ahora diputado opositor.
«Hay una imperiosa necesidad de resolver un problema que no existe. No entendemos el apuro, esto de llevarnos de las narices. Hablan de consenso y no tienden puentes», atacó el pampeano Hernán Pérez Araujo, del Frene de Todos.