El juez Correccional y de Menores 2, César Raúl Jiménez, ordenó ayer la detención de un policía que protagonizó un siniestro vial con saldo mortal, tras conocerse una resolución del STJ confirmando la condena de cuatro años de prisión y ocho de inhabilitación para manejar que le fue impuesta, indicaron fuentes del caso.
El imputado es el oficial subayudante Sebastián Seredisky (30), quien recibió el año pasado la citada pena por la muerte de otro uniformado, Cristian Troncoso Guidek (34). Fue en un hecho que ocurrió hace casi ocho años, más precisamente en octubre de 2014.
El juicio -con un Tribunal unipersonal presidido por Jiménez- contra el acusado tuvo su momento determinante el jueves 11 de marzo del año pasado. Allí se conoció el veredicto del magistrado, que le impuso una pena de cuatro años de prisión efectiva como autor de “homicidio culposo en accidente de tránsito”.
El cumplimiento quedó diferido hasta ahora, que el Superior Tribunal de Justicia dejó firme dicha sentencia por decisión mayoritaria pero dividida. De ser detenido el oficial sería trasladado a la UP VIII de Cerro Azul, donde funciona el pabellón para expolicías.
Tal como publicó PRIMERA EDICIÓN en su momento, Seredisky se sentó en el banquillo de los acusados por conducir durante la madrugada del jueves 9 de octubre de 2014 su automóvil a alta velocidad, perder el control y tras colisionar contra un árbol del bulevar de la avenida Roque Pérez y calle Troazzi, finalizar el siniestro con un vuelco y la pérdida de la vida de su compañero, también policía provincial, Cristian Troncoso Guidek de 34 años.
Seredisky en el debate solicitó declarar y basó su coartada asegurando que condujo su Chevrolet Corsa a las 4.30 del día mencionado tras pasar la noche en un local bailable de la calle Córdoba en la misma cuadra de uno de los accesos a la Unidad Regional I en el microcentro posadeño. Que se dirigió por calle Buenos Aires hacia la avenida Roque Pérez y que allí tomó el carril de sentido este-oeste y cien metros después, a 80 kilómetros por hora, perdió el control del automóvil en un badén y el despiste finalizó con su compañero de la seccional Decimosegunda sin vida.
La versión de Seredisky se contrapuso con los informes de criminalística que obran en el expediente y que señalaron que condujo a no menos de 102,70 kilómetros por hora sobre una avenida que no permite más de 60 kilómetros por hora y que lo hizo alcoholizado.
Cuando en el juicio le consultaron si mantuvo contacto con la familia de Troncoso, principalmente a su esposa y dos niños, para ofrecerle ayuda y expresar su arrepentimiento. Seredisky respondió: “No lo hice, no tuve el valor de acercarme a la esposa”.
Teniendo en cuenta lo que se ventiló en el debate y figuraba en el expediente, el conductor aceleró sobre la avenida Roque Pérez hasta superar los 100 kilómetros por hora, que la calle estaba limpia y seca, pero también que lo hizo luego de haber bebido y que dentro del automóvil se encontró una botella de vino espumante y que tres horas después del despiste y vuelco fatal, el análisis de alcoholemia arrojó 1,10 gramos de alcohol por litro de sangre, más del doble permitido por la ley de tránsito.
Según testigos el automóvil venía a alta velocidad y antes de impactar contra un árbol y volcar, se elevó un metro y medio en el aire y que la distancia del derrape y vuelco superó los 25 metros de largo, 26,70 metros de acuerdo a las pericias.
“La responsabilidad de Seredisky se resume en dos puntos: alcohol y velocidad. Hubiera podido frenar si no estaba alcoholizado en fase 2, de estado etílico que produce somnolencia. Troncoso hoy estaría cuidando a sus dos hijos. Pero el resultado fue muerte, consecuencia de este riesgo”, dijo la fiscal María Laura Álvarez durante los alegatos y solicitó como pena de cumplimiento efectivo cinco años de prisión y diez de inhabilitación para conducir.
El defensor de Seredisky, Ricardo Sebastián Pérez Dorrego, alegó que el oficial de la Policía conducía a 80 kilómetros por hora antes del siniestro.
Insistió que al momento del despiste la velocidad era de 79 kilómetros por hora y que los 102,70 kilómetros que indica el informe pericial se tomaron al analizar la “deformación del automóvil pero tras el vuelco” y que tal daño no correspondería como parámetro.
Solicitó al juez Jiménez una pena de ejecución penal condicional, “no es un delincuente o una persona peligrosa”, manifestó sobre su defendido.
“Puede dar clases de seguridad vial”, recomendó incluso al juez el defensor. Y cerró con un pedido de pena condicional “de dos años y diez meses”.