Que lo vieron en Cien Hectáreas, que pasó por una panadería del centro, que estuvo en San Miguel o que viajó a Puerto Iguazú con un hombre mayor, entre otras versiones echadas a rodar que derivaron en sucesivos rastrillajes, allanamientos y hasta una búsqueda con canes adiestrados que olfatearon prendas del menor.
Pero lo único concreto es que a 15 días de la desaparición de Josías Ezequiel Galeano (15) ninguna de las hipótesis consideradas ni los operativos policiales desplegados permitieron dar con su actual paradero, al menos hasta ahora.
En ese contexto cobra relevancia una fotografía difundida inicialmente por la Unidad Regional II en el marco de las pesquisas, donde se observa al chico parado frente a un móvil policial con las luces encendidas, lo que corrobora que la imagen fue tomada por un uniformado.
En dicha foto Josías aparece con un ojo morado y lleva puesta la misma campera roja que tenía al momento de su desaparición, el pasado sábado 30 de abril, según describió su mamá en la denuncia original.
«Yo no tenía conocimiento de la existencia de esa foto ni sé cuándo la sacaron. La Policía nunca me informó que pasó ese día, por qué tenía el ojo negro y le sacaron una foto siendo menor. Pienso que se tendría que investigar a la Policía por esa foto, porque da para pensar un montón de cosas. Desde un primer momento siento como que saben cosas que no me quieren decir», reflexionó Carolina Ramírez, madre del menor.
En tanto, anticipó que mañana se presentará ante la fiscalía de instrucción en turno para denunciar que su hijo habría sido víctima de continuo maltrato físico y amenazas por parte de policías, tal como le manifestó días antes de su desaparición.
«Mami, los policías me pegan»
En diálogo con El Territorio, la progenitora reconoció que en los primeros dos o tres días especuló que su hijo estaba en casa de algún amigo, ya que en oportunidades anteriores se fue sin decirle nada, pero siempre regresó dentro de las 48 horas.
Con relación a los supuestos apremios policiales, mencionó que semanas antes efectivos policiales lo demoraron en el marco de una investigación por un ilícito ocurrido frente al casino.
«Me contó que los policías le pegaron mucho y que después le tiraron acá en mi casa como si fuera una bolsa de papas. Estaba muy golpeado y esa madrugada le llevé al hospital. Siempre me decía: ‘Mami, los policías me pegan’. Incluso, la última vez que le tuvieron retenido como cinco horas en la Seccional Cuarta vino todo golpeado en las piernas y la cara», aseguró Ramírez.
Asimismo, mencionó un episodio del que ella misma fue testigo y ahora cobra relevancia.
«Una vez en la Seccional Segunda un oficial me dijo: ‘Su hijo es un delincuente, y donde le encontremos le vamos a levantar y le vamos a cagar a palos’. Como que para ellos mi hijo no tiene derechos y le pueden maltratar porque ellos son policías».
Y agregó: «Yo no niego que mi hijo tiene problemas, que se droga desde los 10 años y ya cometió delitos. Pero también es cierto que golpee un montón de puertas en busca de ayuda y nunca me ayudaron. Me sentía desbordada, sola y discriminada. Por eso nunca antes denuncié lo que la Policía le hacía a mi hijo porque pensaba que igual no iban a hacer nada o hasta que iban a tomar represalias con él. Ahora me arrepiento de no haber denunciado antes lo que él me contaba y lo que yo escuché de los mismos policías».
Versiones y contradicciones
Ramírez trabaja en la Municipalidad de Oberá y cría sola a sus tres hijos, de los cuales el mayor es Josías, cuyo progenitor es policía y presta servicios en la Seccional Segunda de Oberá.
Sobre el día de la desaparición, la mamá comentó que el menor «estaba bien. Me pidió plata para cortarse el cabello, almorzamos y a eso de las 13.30 salió de casa para ir al barbero, supuestamente».
Ese mediodía llevaba puesta su campera roja, la misma con la cual aparece en la fotografía difundida por la Policía.
«Para mi es clave saber cuándo le sacaron la foto donde aparece el patrullero, cosa que todavía no logré. Primero una oficial de la Comisaría de la Mujer me dijo que era del 6 de mayo, es decir casi una semana después de que desapareció y cuando la misma Policía lo estaba buscando, supuestamente. No me cierra. Después el jefe de la Brigada de Investigaciones me dijo que es una foto de abril. Es decir que la Policía se contradice», reclamó.
La imagen en cuestión fue tomada en la esquina de Gobernador Barreyro y Erasmie, pleno centro de Oberá, una zona repletas de cámaras de seguridad.
Pero llamativamente, a 15 días de la desaparición del chico la Unidad Regional II no logró revisar las grabaciones de dichas cámaras para confirmar la fecha exacta en que se tomó la foto. Son todas especulaciones.
«Las veces que pregunté si pudieron mirar las cámaras de esa zona me salieron con diferentes excusas y no me dijeron nada concreto. No sé qué tanto pueden demorar en pedir permiso para revisar las grabaciones. Porque acá se perdió un chico de 15 años, es algo muy grave, más allá de que sea mi hijo», subrayó Ramírez.
Todo de cero
Durante los últimos días el Juzgado de Instrucción Dos de Oberá ordenó una serie de allanamientos en diferentes domicilios de personas que fueron señaladas como vistas con el menor desaparecido. Aunque todos los procedimientos resultaron infructuosos.
El viernes a la mañana la Policía recogió prendas del menor que fueron utilizadas para guiar a un can rastreador en una propiedad de calle Larrea, lo que tampoco arrojó ningún resultado que permita avanzar con la investigación.
«El jefe de la Brigada me dijo: ‘Te voy a ser sincero, él acá en Oberá no está porque se recorrió todos los barrios y no aparece. Tenemos que empezar todo de cero’. Hasta me llegó a decir que por ahí mi hijo se pasó de droga y lo enterraron por ahí, como para que me prepare para lo peor, parece. Ya no sé qué pensar y tengo mucho miedo», reconoció abatida.
Para completar un panorama desolador, señaló que el padre de Josías le contó que «soñó con el hijo, que le llama y le dice que no está más acá, como que ya está muerto, colgado por ahí, me dijo. Que él siendo policía me diga eso, me llena de angustia y desesperación».
Ayer, una nueva versión indicó que el menor habría sido visto junto a un hombre mayor en un colectivo con destino a Puerto Iguazú, pista que llegó a oídos de la Policía, aunque al cierre de esta edición no habría novedades al respecto.
«A esta altura no creo ni me guío por ninguna hipótesis, sólo pido que las autoridades hagan su trabajo. Ya pasaron demasiados días y no veo que la Policía tenga un panorama concreto. Van improvisando sobre la marcha y no tienen respuestas», remarcó.
Búsqueda nacional
La semana pasada la asociación civil Missing Children Argentina se sumó a la búsqueda de Josías Ezequiel Galeano publicando la foto del menor y sus datos personales, tanto en la página web oficial como en las diversas redes sociales, ampliando el radio de la pesquisa a todo el territorio nacional.
El caso también llegó al Registro Nacional de Información de Personas Menores Extraviadas, dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. Dicho organismo dispone de la línea gratuita 142 que atiende las 24 horas del día, mientras que en su base de datos centraliza la información de todo el país sobre niños, niñas y adolescentes desaparecidos. Además difunde los casos por diferentes medios, brinda asesoramiento y acompaña a los familiares.
Josías es delgado, mide 1.55 metro, cabellos castaño oscuro, tez trigueña, ojos marrones. Tiene tatuajes en ambos brazos, en antebrazo una palmera y una luna, y en la pierna derecha un jugador de básquet con una pelota.
Al momento de ausentarse vestía campera deportiva Nike color roja, bermuda de jeans y ojotas de color negro y blanco. Cualquier información contactarse al 901, al 101 o con la comisaría más cercana.
Fuente: Daniel Villamea