Un día de suerte es lo que todo el mundo espera. Ese día que no hace falta llevar la herradura, evitar pasar por debajo de una escalera o hacer los cuernitos cada tanto. Y bueno, a un Independiente luchador en este último tiempo, con problemas de Covid, con ingratos viajes al exterior, con profundas tristezas internas, se le dio eso que pocas veces te va a pasar en la vida. Un centro común y silvestre, Douglas rechazó mal, le rebotó a Anderson y 1-0.
Ese resultado representa ni más ni menos que 3/4 de boleto para octavos de final. El Rojo, con apenas empatar ante el peor del grupo la semana que viene (Guabirá), seguirá activo en la Sudamericana a la vez que pelea el torneo local, otra deuda que tiene pendiente.
Pero ojo, si juega de vuelta como anoche en cualquiera de las competencias, sí necesitará por lo menos una patita de conejo. Fue flojo tirando a reflojo lo que hizo el equipo de Avellaneda. Y dejando en claro que lo más justo para el partido era un empate sin goles, si le hubiese tocado perder no le habría llamado la atención a nadie.