El fotógrafo de naturaleza Emilio White, misionero por adopción, contó su experiencia con las llamas que abrazan la provincia de Corrientes, en la cobertura que realizó en la Reserva Natural Privada Don Luis, que es administrada por FuCaNa (Fundación Cambyretá para la Naturaleza), en la zona norte del Portal Cambyretá.
Si bien sabía que el panorama era bravo, nunca imaginó semejante escenario, con anacondas y otras especies escapando del fuego.
La provincia vecina de Corrientes atraviesa uno de sus peores momentos en cuanto a los incendios, superando las 520 mil hectáreas arrasadas por el fuego, donde el mayor impacto se hace sentir tanto en la ganadería, actividad forestal, turística rural y ecológica, comprometiendo la zona de bañados, esteros, llanuras, pastizales y en los últimos días los incendios se han situado en las puertas de las ciudades.
“Si bien me lo habían contado algunos colegas, no había tomado dimensión hasta que lo vi. Decidí viajar a la Reserva y lo que está pasando ahí es un reflejo de lo que está pasando en todo el Iberá. Realmente es un panorama devastador, muy triste ver a la gente del lugar padeciendo la situación, la sequía por un lado y el fuego ahora. Es duro”, remarcó el conservacionista que desde 1998 está en la tierra colorada. En septiembre de 2021 estuvo en la misma zona, donde hace unos días tomó las fotografías.
En sus publicaciones, White relataba que es impresionante ver como una anaconda escapa del fuego o el espinazo de un yacaré no da más. También habla de la tristeza de la gente de la zona, contando por lo que están atravesando.
Desde su punto de vista, toda esta situación es “responsabilidad nuestra, sí de nosotros. Yo también tengo ganas de llorar, de gritar a los cuatro vientos que debemos cambiar, que nos tenemos que tomar lo que pasa en serio. Dejemos la frivolidad de lado por favor, conectemos con aquello que realmente tenemos que hacer”.
Agregaba que hay fuego y humo por todos lados. “Lo respirás todo el tiempo, adentro y afuera. Al mediodía se ven trombas de humo en el horizonte, polvo y ceniza. Todo lo que debería tener agua, está seco y seco nomás. Lugares que nunca se habían visto sin agua, ahora son puro arena. Mogotes de selva húmeda totalmente quemados, montes que nunca habían sido alcanzados por el fuego hoy completamente arrasados. Ver a los monos carayá en su selva quemada y con los árboles secos en pie es realmente un panorama desolador. Yacarés escapando del fuego al igual que una tremenda curiyú. Muchos animales amontonados en uno de los pocos sitios que quedan con agua. Muchos más que no la contaron”.
De la experiencia, el fotógrafo expuso “hacer fotos de naturaleza y fauna es algo que disfruto. Esta vez fue triste, angustiante, fuerte, difícil. Lo único que me motiva es que estas fotos sirvan para generar conciencia y reaccionemos de una buena vez”.
Analizando la situación y los incendios que se están sucediendo, tanto en Misiones como en Corrientes, Emilio manifestó que “hay que alzar la voz. Necesitamos que las autoridades estén a la altura de las circunstancias. No podemos reaccionar tarde”.
Hoy, el trabajo de los Bomberos Voluntarios, de la Policía y Brigadistas “es loable, pero no alcanza. Necesitamos aviones hidrantes en serio, con capacidad, personal capacitado, planificación para que no nos agarre por sorpresa”.
Por otra parte, expuso que “la situación vino para quedarse, el tiempo lo dirá, pero toda esta experiencia nos traerá un aprendizaje y nos tiene que servir para prepararnos realmente para lo que podría llegar a ser una nueva normalidad. Sentarse a pensar, planificar para estar delante de la situación. Si bien a todos nos tomó por sorpresa, hay que hacer presión para que las autoridades se pongan las pilas y también, al mismo tiempo, ser comprensivos que nadie esperaba un panorama de semejante magnitud”.
Fuente: primeraedicionweb