La Asamblea del año 1813 comisionó a los diputados Fray Cayetano Rodríguez y Vicente López y Planes para que escriban o presenten una canción nacional.
EI 11 de mayo, la Asamblea se reunió para escuchar a los dos poetas. Con incontenible emoción, el segundo de ellos se puso de pie y comenzó la lectura: “Oíd mortales, el grito sagrado…”. Pero una ovación le impidió continuar.
Así, la Asamblea aprobó por aclamación ese texto como “Canción única de las Provincias Unidas”, convirtiéndolo en el Himno Nacional argentino.
Las notas solemnes de esta canción ya habían resonado en Buenos Aires antes de la reunión de la Asamblea. En
efecto, el 24 de mayo de 1812, se presentó en un salón de Buenos Aires una obra teatral escrita por Blas Parera, referida a la Revolución de Mayo.
López y Planes, quien asistió a esa velada, se sintió inspirado para crear la primera estrofa del himno nacional.
En ese entonces ya existía un himno creado con la letra de Morante al que Blas Parera ya le había puesto música. Luego el propio Parera retocó algunos acordes y este Himno fue aprobado por la Asamblea como “Marcha patriótica”.
Aunque los originales se han perdido, el himno que hoy se canta responde con fidelidad a la versión original, tal cual la editó el maestro Juan P. Esnaola en 1860.