PUERTO ESPERANZA. “A 9 años de su femicidio, Itatí Piñeiro ¡Presente!”, escribieron en las redes sociales, allegados y familiares de la joven que fue violada y degollada en Puerto Esperanza, el 11 de Julio del 2012, un crimen brutal que sacudió al poder renovador de esa comuna, y a la cúpula provincial y nacional, dado que el caso no está esclarecido y la justicia misionera no profundizó sobre la pista que apuntaba a los “hijos del poder”. Cabe remarcar que la familia Gruber controla el pueblo desde hace décadas. Para muchos, el caso de Tati es similar al de María Soledad Morales.
“Violada y asesinada, Itatí tenía 18 años cuando fue hallada degollada al costado de una escuela en construcción en Puerto Esperanza. Horas más tarde, las pericias confirmaban que había sido salvajemente violada antes de su asesinato. ¡Justicia para Taty! ¡Basta de impunidad para los hijos del poder!”, denunciaron a través de la cuenta “Lieni Itati Piñeiro”, en la red social Facebook.
A estas palabras, les añadieron el informe del programa Periodismo Para Todos, emitido por El Trece, al respecto del espeluznante caso que derivó en el “suicidio” de Hernán Céspedes, dentro de la Comisaría V de Iguazú.
blob:https://www.facebook.com/8d9f3e34-7657-4f0c-8442-f38d5758c763
Cuando encontraron el cadáver de Tati Piñeiro en un descampado del barrio El Progreso, en Puerto Esperanza, las primeras personas en llegar al lugar son el intendente del pueblo Alfredo Gruber, su hermano el por entonces diputado provincial Gilberto Gruber (hoy fallecido), el comisario Rubén García, un grupo de policías de la comisaría de Puerto Esperanza y el juez Fernandez Rissi. La víctima presentaba signos de violación sexual y según fuentes al tanto del caso, hubo contaminación de la escena del crimen.
A Rosa González, la madre de Tati, no la dejaron acercarse. Según un informe de Revista Superficie, la mujer reveló que el intendente y su esposa le negaron poder ver el cadáver, pero además aprovechando su desconcierto, la trasladaron en un móvil policial hacia la comisaría y el hospital. Allí, según González, perdió el conocimiento tras ser medicada contra su voluntad con un inyectable.
En cuanto a investigación de la policía, concluyó con la detención de Hernán Céspedes, un compañero de escuela de Tati, que fue visto con la joven en la noche previa al crimen. De acuerdo con el portal La Tinta, hubo presiones, secuestros golpiza y hasta amenazas por parte de uniformados a un grupo no menor a diez alumnos del bachillerato al que acudía la víctima.
Los alumnos en algunos casos fueron detenidos e interrogados durante horas. Todo esto consta en testimoniales que no trascendieron públicamente en un expediente judicial que se maneja con sumo hermetismo.
Carlos Duarte, maestro del curso donde asistían Tati Piñeiro y Hernán, resumió: “Previo a la detención de Hernán, se llevaron a varios jóvenes, de condición humilde, de nuestra escuela, que luego manifestaron que hubo apremios ilegales. A muchos chicos se les hizo pasar la noche en la comisaría sin ningún cargo. Según manifiestan hubo golpizas, exhibición de armas, intimidación, siempre con la amenaza de que no hablen de lo que se les hacía, hubo amenazas de muerte y les decían que buscaban un culpable. Hasta los llevaron a la zona del río. En ese momento el comisario era García. Una persona que siempre estuvo muy allegada a los Gruber y que luego misteriosamente fue trasladado”, señaló por entonces, el docente, en declaraciones a la prensa.
En Marzo del 2013, un artículo del diario Clarín, titulado “Un crimen bajo la sombra de los hijos del poder”, describió: “la ciudad es manejada desde hace más de una década por los hermanos Gilberto y Alfredo Gruber. El primero, más conocido como ‘Pato’, estuvo dos períodos como intendente y luego accedió a una banca en la Legislatura provincial. El otro es el intendente actual. Los hombres de ‘Pato’ manejan la Cooperativa de Servicios Públicos, propietaria del único canal de cable de la localidad. Curiosamente, ese canal nunca entrevistó a la mamá de Taty y casi no difundió información sobre el crimen que sacudió a toda la provincia”. Ese artículo, actualizado en 2016, hacía referencia a la implicación de “Pato” Gruber con el caso. Es que su hijo Fabián, aparece en una de las hipótesis judiciales del caso, como un posible autor del hecho que ahora está en manos del Juzgado de Instrucción N° 1 de Eldorado, a cargo del juez Roberto Saldaña.
Horas posteriores a la aparición del cadáver de Taty, el juez Fernández Rissi, ordenó detener a Hernán Céspedes, quien fue trasladado a la comisaría de Puerto Esperanza. Luego lo enviaron a Puerto Iguazú. Allí Céspedes recibe la visita de su madre, a quien le habló acerca de las torturas y amenazas de muerte a la que estaba siendo sometido en la Unidad Regional 5 de Puerto Iguazú. Para la policía, su muerte fue un suicidio. De todas formas, hubo dos policías imputados en la causa por la muerte de Céspedes, que tampoco fue esclarecida.
Para el primer abogado de la familia Piñeiro, Juan Carlos Selva Andrade, el magistrado Fernandez Rissi incurrió en “una situación de encubrimiento fenomenal, en esta relación dudosa entre la política y la justicia”. El abogado agregó que “se lo menciona al hijo del diputado ‘Pato’ Gruber. Hay un sector de la comunidad de Puerto Esperanza que considera que el hijo de (Gilberto) ‘Pato’ Gruber, podría haber tenido una vinculación con el crimen, y este diputado integra la comisión de Poderes y Reglamento de la Legislatura, que designa a los jueces. Justamente, intervino en la designación de (Juan Pablo) Fernández Rissi (como juez de instrucción nro. 3 de Iguazú). Con otras causales más, forman el principal argumento para que el juez se aparte de la causa”, explicó el abogado, en defensa del pedido de apartamiento del juez Fernández Rissi de esta causa.
En este sentido, Selva Andrade añadió que “la jurisprudencia establece que cualquier tipo de sospecha que pudiera poner en duda la imparcialidad del juez es causal suficiente para que el magistrado, (se excuse) de intervenir en (el expediente). El juez no solamente no se excusó desde un principio, sino que tampoco pidió autorización a su superior inmediato en la Cámara de Apelaciones, para resolver esta cuestión. Cualquier juez lo hubiera hecho, pero Fernández Rissi no lo hizo”, fustigó.
Mientras que, para la familia de Piñeiro, no caben dudas que hubo encubrimiento, los principales jefes políticos de aquella época, jamás hablaron públicamente del resonante caso. Ni el entonces gobernador Maurice Closs (hoy senador), ni el que era Ministro de Gobierno, Jorge Franco (actual diputado provincial), ni mucho menos la ex presidente Cristina Kirchner (hoy vicepresidenta), hablaron jamás –al menos en público- del femicidio de Tati. Pero Closs sí hizo campaña política con los Gruber en 2013, 2015 y 2017.
Justamente, en octubre de 2017, en un acto realizado en el Salón Frondizi del Archivo Nacional de la Memoria en la ex ESMA, Rosa González, entregó al entonces Ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Nación Germán Garavano un escrito donde demanda el esclarecimiento del asesinato.
Fuente: M4