El actor y dramaturgo Enrique Pinti falleció hoy a los 82 años dejando una extensa trayectoria de más de seis décadas en el mundo de la comedia y la actuación donde de la mano de sucesos como «Salsa criolla», con el que se mantuvo 10 años ininterrumpidos en cartel, consolidó un protagonismo de relevancia en la historia del espectáculo nacional.
Nacido el 7 de octubre de 1939 en Buenos Aires, el artista fue internado de urgencia y gravedad el 5 de marzo en el Sanatorio Otamendi, aquejado por un cuadro de diabetes severa y problemas circulatorios en las piernas, y aunque desde entonces experimentó mejorías, no logró reponerse de manera definitiva y murió esta madrugada.
Dueño de un estilo personal y versátil dominado por un humor punzante que desplegaba a inusitada velocidad verbal, Pinti transcurrió con éxito el ámbito de la televisión, la radio, el teatro, el cine, la literatura -ya que escribió 13 libros desde 1990- y hasta la música al grabar «Radio Pinti» (1991) junto a Charly García (quien lo consideraba el mayor rapero de Argentina) y Pedro Aznar.
En teatro, se dedicó tanto a obras infantiles como para adultos desde la escritura, dirección e interpretación y sus monólogos humorísticos de café-concert, en muchos casos reflexivos sobre la actualidad política, lo convirtieron en uno de los pioneros de la escena local de lo que después se rotularía como stand-up comedy en el país.
A partir de su estilo ácido y malhablado, el humorista supo construir éxitos teatrales como «Historias recogidas» I y II (1973 a 1975 y 1978 a 1979), «El show de Enrique Pinti» (1980), «Vote Pinti» (1983), «Salsa criolla» (que desde 1985 fue un récord en el teatro de habla hispana, con 3000 representaciones, dos millones de espectadores y prestigiosos premios en su haber), «Pinti y aparte» (1992), «El infierno de Pinti» (1997), «Pericon.com.ar» (2000), «Candombe nacional» (2002 a 2004) y «Antes de que me olvide» (2010).
Pinti tuvo una colaboración muy exitosa con su colega Antonio Gasalla entre 1973 y 1986, período en el que coescribió todos los espectáculos de su amigo y produjo nueve obras con las que obtuvieron récord teatrales durante varias temporadas en el Maipo y el Teatro Liceo.
Además, el dramaturgo trabajó en varias adaptaciones de obras extranjeras como «Chicago» para Nélida Lobato, «Filomena Marturano», «Yo quiero a mi mujer» y «Los locos Addams».
También realizó la adaptación de las canciones de El joven Frankenstein, obra que protagonizó Guillermo Francella, y trabajó en la adaptación y como actor en comedias musicales como «Hairspray», «Los productores» y «Anything Goes».
De los 19 a los 30 años, Pinti se formó y trabajó en el Nuevo Teatro, compañía independiente creada en 1949 por Alejandra Boero y Pedro Asquini, donde actuó en obras teatrales y escribió y dirigió comedias musicales infantiles.
Luego de actuar en la película «El secuestrador» (1958), dirigida por Leopoldo Torre Nilsson y protagonizada por Leonardo Favio, en 1969 comenzó a hacer guiones para programas como «La Botica del Ángel», conducido por Eduardo Bergara Leumann, «Casino» y «La luna de Canela», además de escribir una versión de «Don Segundo Sombra».
Pinti también participó en gráfica en los setenta escribiendo la historieta de «El mono relojero», dibujada por Daniel Branca y publicada por la revista Billiken.
Ya desde 1973 se dedicó con más especialización a los espectáculos unipersonales e incursionó en el género del café concert con su show «Historias recogidas» en el Teatro Latino de San Telmo, que se mantuvo hasta 1975.
En 1976, debutó en El Maipo de gala bajo la dirección de Gerardo Sofovich, junto a Osvaldo Pacheco, Carmen Barbieri, Thelma Stefani, Tristán, Alberto Irízar, y un año después actuó en «El humor de Niní Marshall».
Bajo la dirección de Antonio Gasalla, estrenó en 1982 «Pan y circo», en la que Pinti interpretaba personajes históricos como Nerón o la Reina Isabel, obra por la que fue invitado al Festival Latinoamericano de Teatro de Nueva York y fue premiado por ese espectáculo.
«Salsa Criolla», quizá su obra más reconocida, premiada y taquillera, se estrenó en 1984 en el Teatro Liceo y repasaba en un formato de musical de época la historia argentina desde el descubrimiento de América hasta la actualidad.
En cine, el actor tuvo roles secundarios en «Sentimental» (1981) y en la recordada «Esperando la carroza» (1985) de Alejandro Doria, en la que interpretó a un alcohólico llamado Felipe.
En la década del 90 también estuvo con Víctor Laplace y Federico Luppi en «Flop» (1990) y junto a Ricardo Darín en «Perdido por perdido» (1993), rol que le valió premios de los festivales de Cartagena y La Habana y un Cóndor de Plata.
En 1992 estrenó su propio ciclo televisivo: «Pinti y los pingüinos», con producción de Carlos Rottemberg y Daniel Tinayre, y en 1997 realizó giras presentando sus mejores monólogos.