“Es un orgullo, a mi corta edad, haber subido a tantos escenarios”

18 octubre, 2022

Andresito Roberto De Lima (15) incursionó en la música a los cuatro años, después que Papá Noel le trajera de regalo su primer violín. Formó parte de los “Grillitos Sinfónicos”, pasó por la Orquesta del Parque del Conocimiento y ahora “hace de las suyas” en la Escuela Superior de Música. Cursa el segundo año del secundario, ya recorrió numerosos escenarios y se codeó con afamados artistas del folclore, que es su pasión. También juega al fútbol.

Andresito Roberto De Lima nació en Garupá, se dedica a la música y con apenas quince años asegura que ama lo que hace. Había cumplido los cuatro, cuando arrancó formando parte de los “Grillitos Sinfónicos”, después que Papá Noel le trajera de regalo su primer violín. Tras siete años de permanencia en ese grupo, pasó por la Orquesta del Parque del Conocimiento y, en 2021, realizó un examen nivelador para ingresar a la Escuela Superior de Música (ESMu), donde continúa como parte de la Orquesta Juvenil Crescendo.

Multifacético como es, en forma paralela, creó su grupo musical, donde se dedica al folclore, recorriendo escenarios de la provincia de Misiones y de Corrientes, y participando en diversos festivales del país. Por lo general, acompaña en las presentaciones a su padrino artístico, Rubén Luis “Rulo” Grabovieski, de Los 4 Ases, por quien siente admiración y afecto. El apostoleño lo invitó a subir al escenario en la última Fiesta Nacional del Inmigrante, en el Parque de las Naciones, en Oberá.

Además del violín, que es el instrumento principal en la vida artística de Andresito, también ejecuta el charango, el ukelele, la guitarra, el teclado. El joven admitió que, académicamente, “estudié solamente violín, y a los demás instrumentos los aprendí a tocar por cuenta propia, mediante videos de YouTube, internet, tutoriales y demás”.

Lo que tiene en mente es seguir con la música, recibirse de profesor o ser músico. Pero, como hijo de periodista, aseguró que también “me gusta todo lo relacionado a los medios y a la comunicación. A papá, lo acompaño siempre, al igual que él me hace el aguante a mí. Es algo recíproco. Por ahí me dice vamos a tal festival o le digo me invitaron a tocar en tal colegio, preparamos un mate y allá vamos. Es un acompañamiento mutuo”, celebró este alumno del segundo año del colegio Nacional “Martín de Moussy”.

Al describir su rutina, manifestó que sale del colegio a las 11.20 y que después de almorzar se dirige hasta el predio de Santa Inés para entrenar en el Club Crucero del Norte, donde integra el equipo de Sub-15 de la entidad deportiva. Si bien las prácticas se extienden hasta las 18, hay oportunidades en las que debe retirarse antes porque lo esperan sus clases en la Escuela de Música, que se prolongan hasta las 21. De regreso a casa hay que cumplimentar las tareas para el colegio, “lo más prolijo y rápido posible”.

Cerca de la medianoche acaba la jornada, que se reinicia a las 6 para regresar a las aulas. “Lo llevo bien porque es algo que me gusta y está bueno. Si es algo obligado, cansa y aburre. Papá siempre me dice que, si hay algo que no es de mi agrado, que lo deje de hacer nomás. Pero todo lo que me gusta, me ocupa tiempo y energía, y es un aporte a mi futuro, aseguró el vicepresidente del Centro de Estudiantes de su colegio.

Aunque a su parecer, “no soy muy bueno jugando al fútbol”, en el último torneo salió goleador, haciendo cuatro goles. Contó que se inició en esta disciplina “más que nada por un tema de salud porque permanecer sentado durante muchas horas tampoco está bueno. De esta manera, muevo un poco el cuerpo y hago actividad física. Mis compañeros van al gimnasio, y me encantaría hacer lo mismo, pero mis tiempos son distintos. Las casi tres horas de entrenamiento las aprovecho al palo”.

Confió que, entre sus compañeros, “soy como un perro verde, además porque me gusta el folclore. En ocasiones pongo un chamamé y me dicen sacá eso, entonces me coloco los auriculares y escucho yo solo”. Todos los días se levanta temprano porque más allá del fútbol, del colegio y de la música, los sábados colabora con su padre en un programa ABC Folclore, en FM Sur, de Garupá y los miércoles, a las 12, conducen una columna cultural en el canal Transmedia de la Universidad Nacional de Misiones. Los domingos, por lo general se realizan partidos de fútbol, por lo que, a diferencia de sus compañeros, los fines de semana de Andresito no son para descansar.

Desde antes que naciera, iba a Cosquín con sus padres, que realizaban la cobertura periodística del festival. Y con eso se explica todo. “Creo que desde la panza escuchaba esa música, que es algo que me gusta, me encanta, quiero y necesito. Es algo muy lindo. Me gusta mucho el folclore nacional y regional, todo lo que es chacarera, zamba, y chotis, corridos, polkas y demás”. También es de su agrado el rock nacional, “pero el más viejito, como Nito Mestre, Sui Generis, lo más antiguo. Eso fui copiando de mi viejo, que me va mostrando: mirá este tema, escuchá este otro. Es como que voy captando de todos lados”.

Fue entonces que, para practicar rock, “me compraron una guitarra eléctrica” y hace unos dos años, fue convocado por el “Japo” Fleitas, de “La corte del Señor Manga” para integrar un grupo de acústicos de rock “con el que hacemos distintos covers, y subimos a varios escenarios”, narró, quien en su corta trayectoria ya recibió varios reconocimientos, entre ellos, el de la Defensoría de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, de la Vicegobernación de Misiones.

Andresito conformó su grupo musical en febrero del 2020 con la guitarra de Humberto Dávalos, el bajo de Martín Verón, el acordeón de Jorge Chimisqui y en el bombo legüero de su papá, Roberto “Toty” De Lima, mientras que él se encarga de ejecutar el charango y el violín. Su padrino artístico es “Rulo” Grabovieski, de los 4 Ases.

“Gracias a Dios tengo mucha facilidad para aprender, pero soy consciente que el don no es nada sin el estudio, hay que perfeccionarlo. Hace once años que estudio música, entonces voy acompañando a ese don. Nunca paro de aprender”, dijo, mientras salía de una prueba de sonido en el Instituto Montoya, acompañando a las chicas de la Escuela de Danza

Tuvo la oportunidad de tocar en varios escenarios grandes “como el de la reunión del G-20 ambiental, que se realizó en Puerto Iguazú; en el Luna Park, donde estuvimos con los Grillitos Sinfónicos acompañando a Antonio Tarragó Ros. También pudimos tocar en el Festival Nacional de la Música del Litoral, y en la peña oficial y en la callejera de Cosquín. La verdad que es un orgullo y un placer, a mi corta edad, poder contar con tantos escenarios”.

En 2018 sacó un disco con su nombre con seis temas que reflejan la diversidad de su música: El cóndor pasa, El humahuaqueño, Viva Jujuy, Puerto Tirol, Starosta y De la chacra, y por estos días, proyecta ampliar este trabajo con ocho canciones más. “Soy consciente que tengo que crear mi propia personalidad, potenciar mi forma de ser, no crecer bajo la sombra de nadie. Estoy satisfecho con lo que hasta ahora pude cosechar, aunque no siempre hay que estar satisfecho, siempre hay que buscar un poquito más”, reflexionó.

Fuente: primeraedicionweb