El Municipio evalúa subir el precio del boleto de transporte público de pasajeros a una cifra entre 28 y 30 pesos con la tarjeta SUBE desde marzo, en coincidencia con el inicio de las clases. Sin la tarjeta se establecería un valor en torno a los 40 pesos.
Los datos no son oficiales ni definitivos, pero es información obtenida por PRIMERA EDICIÓN en base a fuentes del Gobierno posadeño. Actualmente el valor es de $20 con SUBE por lo que se aplicaría un incremento de 50% sobre la tarifa.
De acuerdo a las fuentes del Municipio, el nuevo valor responde a una decisión política de ajustar “lo menos posible” para que el impacto sea leve en el bolsillo del usuario. No se ajustaría en base a la inflación ya que se tendrá que aplicar un valor más alto, pero el resto del costo se completará con subsidios.
La “tarifa técnica” actual del boleto se ubica en 120 pesos pero responde a valores del año 2019. Por estos días el Municipio está calculando los números actuales que incluyen gastos fijos, gastos operativos y otras variables. Se estima que los valores de la tarifa técnica andarían entre los $200 y $250 pesos.
La diferencia entre lo que pagan los usuarios y la tarifa técnica se completa con subsidios nacionales en su gran mayoría, un importante componente de subsidios provinciales y también aportes municipales que actúan sobre grupos particulares de usuarios del servicio como mayores de 70 años y personas trasplantadas.
“La tarifa que pagan los usuarios ($20) viene congelada desde principio de 2019, fueron tres años con una inflación promedio de 120%. Pero lo que se está analizando aplicar solamente será entre 45% y 50%. La intención es que el impacto en el bolsillo de la gente sea menor”, indicó un funcionario del área.
“De esos tres años, dos fueron en tiempo de pandemia, donde la movilidad urbana se redujo mucho, pero las líneas tuvieron que mantener su recorrido por lo tanto el sistema fue extremadamente deficiente, sin rentabilidad porque hubo menos pasajeros y la misma cantidad de kilómetros”, agregó.
El funcionario consultado “no recordó” los montos de subsidio municipal pero aclaró que “es una suma fija muy baja que está desactualizada”. En cambio, las sumas gruesas de dinero provienen de la Nación y la Provincia.
En los últimos días trascendió que el Grupo Z pretendería un valor de $50 con SUBE y que esos son los números que expondrá en la audiencia pública que se convocará para el próximo 3 de febrero, donde la empresa dará sus argumentos, el municipio aportará los suyos y los usuarios tendrán el micrófono libre, durante unos minutos, para expresar su acuerdo o rechazo a las pretensiones empresariales.
Vale aclarar que las audiencias “no son vinculantes” por lo tanto el Gobierno no está obligado a tener en cuenta lo que dicen los usuarios respecto a la calidad del servicio.
De hecho, en los últimos años, a pesar de las numerosas críticas por el mal servicio brindado en los barrios más alejados del centro de la ciudad, el Gobierno avanzó igualmente con los tarifazos.
En esta ocasión será la primera vez que la gestión del intendente Leonardo Stelatto acceda a la pretensión de la empresa de incrementar el boleto. La última vez había sido en la gestión de Joaquín Losada. Para ello el exintendente había contratado a una Comisión Técnica integrada, entre otras partes, por la Universidad Nacional de Misiones. Para esta ocasión no se tendrá en cuenta a esa institución y el Municipio avanzará en los cálculos con datos y relevamientos propios elaborados en la Dirección de Movilidad Urbana y la Oficina de Monitoreo del Transporte Público.
La noticia de un nuevo boletazo cae muy mal en los barrios más alejados de la ciudad donde los vecinos se quejan, desde hace años, por la mala calidad del servicio que prestan las empresas Casimiro, Nuestra Señora del Rosario y Tipoka.
Entre los reclamos más comunes se sitúa la falta de líneas y unidades en horarios de la siesta, la noche, los feriados y fines de semana, ya que la gente debe esperar durante horas. También el amontonamiento en los horarios pico.
La falta de paradas deja a la gente a la intemperie en el calor del verano o las lluvias. Otro de los cuestionamientos que se escuchan es la falta de un llamado a licitación para permitir que otras empresas se presenten a competir y mejoren el servicio.
La falta de aire acondicionado en las unidades del Grupo Z es una constante, así como la falta de comodidad en las estaciones de transferencia y la falta de conexión entre Itaembé y Villa Cabello.
Fuente: primeraedicionweb