El albertismo cree que la continuidad del Frente de Todos está complicada y ven en junio una fecha límite

4 febrero, 2022

En el Gobierno dicen que la unidad para 2023 será más difícil que para 2019 y ya hablan de jugar la carta de «presidente de transición».

La renuncia de Máximo Kirchner como jefe de bloque de diputados disparó el pesimismo en el entorno presidencial sobre el futuro del Frente de Todos y la unidad de cara a 2023.

En el albertismo se quejan de que al presidente no lo respetan en su propio frente y que no pueden estar a una carta de Cristina de romper.

«Si es con Todos, no es justo que ellos pueden renunciar cuando no les gusta algo y después seguir como si nada», se quejan en el ala del presidente. «Alberto es el administrador de consorcio de un edificio en el que no es propietario de ningún departamento», dijo a LPO un funcionario del albertismo puro.

Esta fragilidad creen que se acentuará luego de junio, cuando ya falten seis meses para la apertura del calendario electoral de 2023. Por eso miran esa fecha como clave para tener señales concretas de unidad para el año que viene o de lo contrario el escenario de caos dentro de la coalición gobernante se tornará insostenible.

El propio Alberto habló de abrir unas primarias para definir al candidato oficialista el año que viene y el kirchnerismo está dispuesto a presentar uno o dos candidatos, como explicó LPO.

Pero entre los colaboradores de Alberto creen que no sólo es una «locura» que un presidente en ejercicio compita contra su propio frente, un hecho inédito en el mundo, sino que si hay riesgo de perder, no se presentará. Por eso creen que la idea de una PASO es una estrategia de Alberto para tener contenidos a los socios del kirchnerismo.

Algunos incluso le sugieren que quede como el presidente de transición, que manejó un hecho sin precedentes como la pandemia de la manera que pudo y que dejó al país «en la senda del crecimiento económico». Esa carta es la que se reserva el presidente contra los arrebatos del kirchnerismo.