POSADAS. “Estoy pasando por un momento muy triste, no tengo para comer, no tengo ni un kilo de harina, me cansé de caminar y no conozco a nadie”, expresó presa del llanto, Gladis Sena, una pensionada que reside con su hijo afectado por una discapacidad, en el barrio Ñun Porá.
La mujer y su hijo padecen hambre, pero se sostenían con changas y la asistencia de vecinos. Sin embargo, Sena contó que sufrió una lesión en el pie que le impide caminar, por lo que su situación se tornó dramática. El reclamo interpela a la administración del alcalde renovador Luis Ripoll, que no asiste a esta familia que vive en la casa 100 de la calle Las Azaleas, entre Cataratas del Iguazú y Tierra Roja.
Sena llevó su pedido de ayuda frente a la Gobernación de Misiones, en la plaza 9 de Julio, cansada de recibir negativas en Garupá, donde reside. “El alquiler me sale casi toda mi pensión, pero tengo que estar ahí por el contrato. Mi vida es vender bolsita de residuo, pedir ayuda a la gente. Pero ahora no puedo caminar porque me hinqué dos clavos”, dijo entre lágrimas, Sena, en diálogo con MisionesCuatro este lunes.
“Hace falta ropa, calzado, un pan, leche, de todo”, añadió quebrada emocionalmente.
Ante la consulta de este medio, Sena dijo que “nadie se acercó hasta ahora” para conocer su situación y necesidades. “Tengo las uñas pintadas porque en el Día de la Mujer yo andaba por acá y me pintaron las uñas”, acotó la mujer víctima de la exclusión social y el abandono en Garupá.
Asimismo, Sena contó que reside con un hijo que padece una discapacidad pero aún no le asignaron una pensión. “Tengo un hijo discapacitado, con un 87% de retraso madurativo. Desde que quedé sola mi vida es un infierno”, acotó la pensionada, en referencia al fallecimiento de su cónyuge.
“Ahora necesito ayuda. Salgo hoy porque necesito llevar el pan a mi casa para mi hijo que está tirado en el piso. No tenemos cama”, agregó Sena, y añadió que actualmente desconoce cuál es su número de teléfono para que la puedan contactar. No obstante, las personas y funcionarios de Desarrollo Social pueden acercarse a la casa 100 en Ñu Porá.
“Cualquier clase de ayuda yo pido, estoy al borde del abismo. A la vida no le veo más sentido así. Que te corran de todos lados. Y así, ¿por qué vamos a vivir?”, manifestó Sena, y mencionó los organismos y asociaciones que le habrían cerrado las puertas.
“Me fui a la parroquia (Catedral de Posadas) y me dijeron que vaya a Cáritas. Me fui a Cáritas y me dicen vos sos de Ñu Porá. Pero en Ñu Porá sólo atienden los miércoles de 8 a 10. Y te dicen ‘no conseguimos nada, no hay nada y no te podemos ayudar con nada’. Te mandan de acá para allá”, sostuvo la pensionada dejando en evidencia una falta de asistencia a familias vulnerables en Garupá.
“Así es mi vida. Si no fuera por mi hijo al que le veo tirado, al que se le ve todas las costillas, no saldría así”, sentenció la mujer.
Fuente: M4