Antes de la pandemia del coronavirus, el cáncer era la enfermedad que mas daba de que hablar, una enfermedad que puede derivar de cualquier otra y que se lleva la vida de millones de personas en todo el mundo cada año. Cuando esta gripe que nos tiene a todos preocupados deje de ser una preocupación el cáncer seguirá matando y seguirá siendo la enfermedad de los siglos.
Pero ¿qué pasaría si dijera que la situación, el diagnóstico, puede mejorar si la enfermedad se descubre y se trata a tiempo?
El cáncer en el área pediátrica es algo raro, ya que según el Registro Oncopediátrico Hospitalario Argentino (ROHA) en nuestro país se diagnosticaron solo 1.400 casos nuevos en niños menores de 15 años.
Pero, aunque no parece un número tan grande ocupa el segundo lugar de causas de muerte a esa edad, solo por detrás de muertes por “accidentes”.
El solo hablar de cáncer o cáncer infantil es algo enorme, ya que se deben abarcar muchas patologías como leucemia y linfomas, los canceres de la sangre y de los ganglios linfáticos.
Pero también hay otros tipos como los tumores sólidos, desde el tumor de Wilms, que es el cáncer renal más frecuente en pediatría, hasta el neuroblastoma, el tumor óseo mas frecuente, y solo por nombrar algunos de todos los tipos.
Cada uno de los tipos de cánceres tiene su propia presentación, tratamiento y evolución. Son todos diferentes, pero comparten una cosa: la sospecha y el tratamiento tempranos podrían mejorar ampliamente sus pronósticos. Podría ser más fácil acceder a un tratamiento oncológico y a todos los cuidados de la enfermedad, así como todo lo que vendría en el postratamiento una vez que esté curada.
A causa de esta campaña de prevención del cáncer infantil, todos los años el 15 de febrero se festeja mundialmente el Día del Cáncer Infantil. La declaración se hizo en Luxemburgo, en el año 2001 por la Organización Internacional del Cáncer Infantil, conformada por 177 organizaciones nacionales distribuidas en 90 países del mundo.
Los objetivos de este día son mejorar la accesibilidad al diagnóstico y tratamiento a tiempo, con atención psicológica, sensibilizar y concientizar sobre los desafíos a los que se enfrentan los niños con cáncer.
Pero también en todo el mes de febrero se realizan mundialmente sociedades internacionales como la Sociedad Internacional de Oncología Pediátrica (SIOP) y la Sociedad Latinoamericana de Oncología Pediátrica (SLAOP) entre muchas otras fundaciones como la Fundación Natali Flexer y la Fundación María Cecilia.
El lazo dorado es el símbolo del cáncer infantil, elegido en 1997 por un grupo de padres de niños con cáncer en los Estados Unidos que eligieron este hermoso y brillante color como el valor y la perseverancia de los niños ante la vida.
El oro significa el proceso mediante que pasa por el fuego para ser mas fuerte y resistente. El lazo dorado ha cruzado continentes y se utiliza en todo el mundo para demostrar la fortaleza de todos los niños que se enfrentan al cáncer.
Este 15 de febrero seria lindo que todos usemos un lazo amarillo y ayudemos a concientizar sobre la prevención del cáncer.