Desde el Ejercito Argentino dicen: «Todo por Argentina, pero sin tropezar dos veces con la misma piedra», en referencia al decreto nacional de 1975, donde le ordenaron actuar y después fueron enjuiciados y a prisión»

13 marzo, 2024

A través de un paper, miembros del ejército condicionan su actuación en Rosario

El documento advierte: «Todo por Argentina, pero sin tropezar dos veces con la misma piedra», en referencia al decreto nacional que en 1975.

En esa ocasión se le ordenó a las Fuerzas Armadas participar en el Operativo Independencia de Tucumán y «aniquilar la subversión». Pero, años más tarde, muchos de los que participaron terminaron enjuiciados y en prisión.

«No elegimos esta carrera por el dinero (en absoluto), puesto que somos capaces de auto ajustarnos permanentemente, tanto a nosotros como a los nuestros, gobierno tras gobierno. Mientras que unos se aumentan el sueldo porque no les alcanza vivir con $1.500.000, nosotros nos privamos de lo que sea para vivir con $500.000. Realmente nos sacrificamos por nuestra Patria» describe la carta abierta difundida.

«Ahora, nuevamente, está en la opinión pública el tema Rosario – Narcoterrorismo y la posibilidad de emplear a las FFAA en dicha porción del territorio. Nosotros estamos dispuestos a todo por nuestro país. Somos muchos los Oficiales y Suboficiales en actividad que tenemos familiares, amigos y conocidos que ya pelearon una vez con el terrorismo en Argentina (ese del que nadie se acuerda)» explicita la misiva.

Los oficiales y suboficiales recordaron lo ocurrido en los años setenta.

«Eran muchachos muy jóvenes que dieron todo en un momento en el cual la sociedad argentina estaba aterrorizada, no solamente en Rosario, sino también en Bahía Blanca, Buenos Aires, Córdoba y Tucumán. Hoy, aquellos jóvenes Cabos, Sargentos, Subtenientes o Tenientes Primeros, están hace muchos años privados de su libertad. Fueron y son sometidos a juicios en los cuales se pisotearon los principios del derecho. Fueron y son perseguidos. Sus familias recorrieron y recorren penales de máxima seguridad para visitarlos, a pesar de su edad. La sociedad los necesitó, y luego los descartó. Ni Ítalo Lúder, ni María Estela Martínez de Perón, ni Carlos Ruckauf, ni nadie, tuvo que vivir lo que ellos vivieron y viven. Hoy, ni siquiera los Generales que tomaban las decisiones están presos. Solamente, los Cabos, los Sargentos, los Subtenientes y los Tenientes Primeros». 

Finalmente, ratificaron sus temores. 

«Rezamos por Rosario, por los rosarinos, por la paz y la unión de los argentinos. Pero no podemos prestarnos a esto y condenar a una generación de jóvenes (y sus familias) a la persecución que le espera en 30 años más«.