Juan Manzur tuvo que salir a negar que prepare su salida del gobierno nacional para las próximas semanas, una noticia que trascendió a partir de la tensión del tucumano con Alberto Fernández, quien prácticamente lo marginó de la gestión.
El jefe de Gabinete mandó a su segundo a negar que tenga decidido renunciar a su cargo, pero la crisis política parece difícil de ocultar: el Presidente, quien no se muestra con Manzur desde hace semanas, lo subió a último momento a un acto para una foto conjunta que frene los rumores.
En la agenda enviada este lunes a primera hora por el gobierno se indicaba que Alberto encabezaría un acto en Morón vinculado a la vacunación en las escuelas junto al ministro de Educación, Jaime Perczyk. Manzur no figuraba la actividad, pero finalmente se informó que será de la partida en un intento de cortar las versiones.
«Es absolutamente falso», declaró este lunes el vicejefe de Gabinete, Jorge Neme. El entorno de Manzur ya se había esforzado el domingo por negar la versión publicada en el diario Perfil acerca de la supuesta decisión de irse del gobierno por la pelea con Alberto.
«Primero diría que no es una noticia. La noticia es algo que sucede en la realidad. No es una noticia seria. Segundo, le puedo decir lo que yo sé: la relación del jefe de Gabinete con el presidente es muy buena», agregó Neme a Radio 10.
La aparición pública de Neme no es un dato menor ya que se trata del funcionario más importante del entorno de Manzur, prácticamente el único de peso que pudo sumar el tucumano. Desde que llegó al gobierno Neme casi no había hablado con los medios, lo que revela que la crisis existe.
La supuesta salida de Manzur se cruza con el acuerdo con el FMI que en el gobierno esperan cerrar en las próximas semanas. Según supo LPO, Alberto espera el acuerdo para lanzar su proyecto de reelección y en ese marco estaría preparando una reestructuración del gabinete que incluiría la vuelta de Agustín Rossi, todavía sin rol confirmado.
La tensión de Alberto con Manzur tiene origen en los resquemores que generó el tucumano en su primer mes de gestión, cuando intentó cambiar la impronta de una gestión adormecida y se mostró hiperactivo. Esto -cuentan en la Rosada- molestó al Presidente y a Santiago Cafiero, a quien Alberto nunca dejó de tener como su mano derecha.
Como contó LPO, Alberto castigó a Manzur sacándole el manejo de la pauta oficial y luego lo opacó con la designación de Gabriela Cerruti como portavoz de la presidencia, lo que le quitó al tucumano una de sus principales funciones. En las últimas semanas hubo otro dato muy significativo que fue que Aníbal Fernández se puso al frente de la crisis eléctrica.
Colaboradores de Manzur dijeron a LPO que los trascendidos sobre su supuesta renuncia están originados en la interna del gabinete, con lo que dan a entender que hay quienes pulsean por quedarse con la silla del tucumano. La jefatura de gabinete tiene relevancia este año por la reasignación de partidas del presupuesto, aunque sin poder político el rol es meramente técnico.
En el entorno de Manzur afirman, además, que no tiene intenciones de volver a la gobernación de Tucumán, un lugar poco tentador teniendo en cuenta que no tiene posibilidad de reelección. De todos modos, admiten que quedarse en esta situación, donde claramente ha sido marginado por Alberto, no es lo ideal.
Manzur fue el único gobernador que aceptó dejar su cargo para ponerle el cuerpo al momento más duro de la gestión de Alberto, cuando su futuro era incierto y otros mandatarios provinciales rechazaron su oferta. El tucumano tuvo además que cerrar un acuerdo muy complejo con su vice Osvaldo Jaldo para poder mudarse a la Rosada.
Además de su pelea con Alberto, el momento de Manzur se explica porque nunca logró recomponer su relación con Cristina Kirchner y encima chocó con Sergio Massa cuando hizo trascender su proyecto presidencial, un objetivo que también persigue el tigrense.