POSADAS. A 10 años del femicidio de Lieni “Taty” Piñeiro, las familias de la víctima y de Hernán Céspedes –el único imputado que apareció “suicidado” en un calabozo de la Comisaría V de Iguazú- salieron a marchar juntas exigiendo justicia “porque entienden que se trató de un entramado de encubrimiento a los Hijos del Poder”, señaló Florencia Aguirre, integrante del Movimiento de Mujeres, una de las organizaciones y partidos políticos que se movilizó este martes en Puerto Esperanza y en Posadas.
El crimen nunca quedó completamente esclarecido, como tampoco el fallecimiento de Céspedes –por el que estuvieron procesados dos policías- y desde el inicio hubo sospechas de la participación de Fabián Gruber –hijo del ex diputado y ex intendente de Puerto Esperanza Gilberto Gruber y sobrino del actual alcalde, Alfredo Gruber- y un grupo de “hijos del poder” local. Sin embargo, la justicia misionera no avanzó sobre esa pista, en medio de denuncias de adulteramiento de la escena del crimen, manipulación del cadáver y amenazas a testigos en la mencionada ciudad.
Por sus características, el crimen fue vinculado al de María Soledad Morales y, de hecho, la monja Marta Pelloni llegó a involucrarse activamente con el reclamo de justicia en Esperanza. Pero organizaciones sociales, feministas y partidos políticos también insisten en que el caso es emblemático de los femicidios impunes y, en especial, de los femicidios en los que están involucrados Hijos del Poder, como ocurrió en el crimen de Marilyn Bárbaro.