«Cuando menos se lo esperen, va a reventar». Aunque Juanfer Quintero todavía sea uno de los que le tiene fe a su compatriota, la cuestión ahora será saber si Jorge Carrascal explotará en Rusia. Porque habrá que ver si el tiki-tiki del talentoso volante que llegó con el mote del «Neymar colombiano” pero nunca superó el tic-tac tic-tac que presagiaba su explosión en el equipo de Marcelo Gallardo tendrá su boom en el CSKA.
Chiche, como lo apodaron sus compañeros, es una bomba que lleva tres años a punto de estallar pero, como en la cancha, siempre se quedó en amagos. Y aunque Gallardo haya dicho que este año le iba a dar una oportunidad (otra, en realidad), la encontrará a diez mil kilómetros de Núñez: el ex 10 al que le dieron la 25 como un claro indicio del lugar que iba a ocupar en el plantel ante la llegada de Juanfer y algunas actitudes suyas que en la intimidad no gustaron, seguirá su carrera en uno de los poderosos de la liga rusa: se irá a préstamo por uSs 500 mil con una obligación de compra del 50% si cumple una cantidad de partidos alcanzable y de otro 30% en las mismas condiciones, en una operación que podría superar los u$s 6 millones. River, así, se quedaría con el 10 de su ficha ya que el otro 10% es del futbolista.
A dos semanas del cierre del libro de pases en aquel país, los dirigentes negociaron la salida del colombiano al que el Muñeco había empezado a probar como una variante de falso 9 para ver si más cerca del área le podía sacar el jugo que no pudo lograr fuera de ella
El entrenador sentía que Carrasca, cómo él le dice, había agotado sus chances en la posición de creativo o mediapunta sobre la banda izquierda. Y la prueba fue el nuevo intento de ubicarlo como alternativa de Julián Álvarez y Braian Romero mientras esperaba que el interés del CSKA se transformara en la importante oferta que le dio un giro al destino de JC25.