A pocas horas de asumir, la flamante ministra de Economía de la Nación, Silvina Batakis, brindó una entrevista televisiva en la que anticipó una de sus decisiones más polémicas: el fin del financiamiento en cuotas en las tiendas libres de impuestos.
“El derecho a viajar colisiona con la generación de puestos de trabajo”, respondió Batakis ante la pregunta del periodista. Minutos antes, había negado rotundamente la posibilidad de una devaluación y dado por tierra con la importancia del alza del dólar blue.
Poca y ninguna tranquilidad brindaron sus palabras al mercado. Horas después, el billete paralelo comenzó un furioso raid que lo catapultó a los 350 pesos en un récord histórico y el peso sufrió una compulsiva devaluación de hecho.
En el mismo sentido, los funcionarios de su propio gobierno hicieron oídos sordos a los pedidos de apaciguar los viajes al extranjero. El ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, apareció fotografiado in fraganti disfrutando de unas cervezas en Madrid; el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, se mostró paseando por las coquetas calles de Roma, al igual que el ex ministro de Salud, Ginés González García.
Del mismo modo, el titular del Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (ENOHSA), Enrique Cresto, partió junto a su esposa, denunciada por evasión fiscal, Leticia Ponzinibbio, rumbo a Nueva York. Tan poca eficacia tuvo Batakis que hasta su propio hijo terminó en Londres en un viaje de estudio.
Quien ahora decidió armar las valijas fue el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, quien a pesar de haberse ataviado con un barbijo celeste que le cubría gran parte del rostro, fue identificado por un grupo de argentinos en el aeropuerto de Ezeiza, rumbo a Nueva York.
De acuerdo a los testimonios de los que allí se encontraban presentes, el jefe comunal habría viajado junto a una mujer y sus dos hijos adolescentes. Las críticas y las burlas no se hicieron esperar en las redes sociales. Con el país en llamas, las máximas figuras del Frente de Todos continúan disfrutando de comodidades que, desde hace muchos años, les son esquivas a la mayoría de los argentinos. (www.REALPOLITIK.com.ar)
Fuente: Seprin