Sus biógrafos cuentan que sus experiencias místicas y estados de éxtasis eran muy frecuentes. Por ello sufrió la persecución y burla de sus amigos y familiares durante muchos años.
La virgen limeña murió el 24 de agosto de 1617. Tenía sólo 31 años.
Fue canonizada por el Papa Clemente X el 12 de abril de 1671 y se convirtió en la primera Santa de América. En 1992 San Juan Pablo II expresó que la vida sencilla y austera de Santa Rosa de Lima era “testimonio elocuente del papel decisivo que la mujer ha tenido y sigue teniendo en el anuncio del Evangelio”.
Es Patrona de institutos policiales y armados: Policía Nacional de la República del Perú y de las Fuerzas Armadas de Argentina, de América y de las Filipinas.
El día 30 de agosto se asocia con una tormenta a la que se llama precisamente “tormenta de Santa Rosa”.