Se cumplen seis meses de la reapertura del puente internacional Tancredo Neves, que une las ciudades de Puerto Iguazú y Foz, Brasil, luego de que el viaducto haya permanecido por 560 días cerrado como una de las medidas sanitarias impuestas por Nación para reducir al mínimo los contagios de coronavirus en el país. En primera instancia, la habilitación fue en el marco de una prueba piloto para luego ser permanente.
En este sentido, el rubro comercial como también el turístico y gastronómico coincidieron que la reapertura resultó beneficiosa para reactivar la economía del municipio, que fue uno de los más afectados por el parate que provocó el confinamiento más estricto por la pandemia.
Con una diferencia cambiaria a favor de la Argentina, cada vez son más los brasileños que transitan la frontera para abastecerse de mercadería, como también de combustible, que resulta hasta 50% más económico.
En el caso del rubro turístico, destacan el ingreso de turistas internacionales a través de la conexión con Foz de Iguazú, aunque la primacía de visitantes a la Ciudad de las Cataratas es de turistas nacionales.
Sin embargo, con la reapertura de la frontera terrestre se intensificó el cruce de brasileños para abastecerse de combustible. Esta situación provocó el arribo de miles de vecinos de Foz hacia Iguazú, hecho que generó demoras entre dos y cuatro horas para traspasar sobre el puente internacional, situación que en algunas ocasiones desalienta el ingreso de otros visitantes con fines gastronómicos o turísticos a la ciudad.
Por otra parte, regresaron algunos inconvenientes que se registraban antes de la pandemia por coronavirus en el Centro de Frontera, como las quejas por la lentitud, la falta de personal y las casillas cerradas para atender la creciente demanda en el paso internacional de mayor flujo de todo el país, puesto que se mantiene según datos oficiales de Migraciones.
Impacto en los negocios locales
La reapertura del puente internacional Tancredo Neves, después de 560 días, significó un alivio para el sector comercial de Puerto Iguazú, que durante meses solicitó ante la Provincia y la Nación la habilitación del corredor, al señalar los impactos negativos en los comercios y por su dependencia con las ciudades fronterizas de Foz y de Ciudad del Este (Paraguay), en lo que consideran como “tres grandes barrios”.
Con la habilitación, los brasileños volvieron a recorrer la ciudad en busca de productos argentinos y que tienen una mejor calidad que las mercaderías que se ofrecen en su país. Primero, los vecinos de Foz empezaron por la compra de productos de limpieza, embutidos y carnes, entre otras mercaderías que les favorecían por el cambio. También los ciudadanos paraguayos arribaron en búsqueda de productos de cosmética. Tanto brasileños como paraguayos traspasaron con mayor intensidad la frontera para abastecerse de combustibles, dada la diferencia de precios que existe, hasta 50% más económico. Este flujo creció a partir de noviembre y hasta la fecha continúa.
“La apertura de la frontera fue positiva. Hay muchos rubros comerciales que aumentaron las ventas, como los supermercados y las vinotecas. La gastronomía también se vio favorecida. Si bien tuvimos buen movimiento durante diciembre y enero, ahora estamos en una meseta”, indicó Joaquín Barreto, presidente de la Cámara de Comercio de Iguazú (CCI).
En diálogo con El Territorio, consideró “que es la consecuencia de la fila para el ingreso al país que generan demoras y eso desmotiva la visita del brasileño y paraguayo”. Dichas filas se generan a raíz del intenso cruce por mercaderías y combustible.
Además, Barreto hizo hincapié en que la escasez también afecta al tráfico vecinal fronterizo.
“El faltante de combustible también genera problemas en el movimiento comercial y turístico. A una persona que hace de tres a cuatro horas de fila para cargar combustible, no le quedan ganas de recorrer la ciudad ni hacer compras. Estamos preocupados con la situación, a la espera de que esto se revierta y entendemos que en abril será positivo con miras a Semana Santa”, agregó.
Caso del turismo y gastronomía
El puente internacional Tancredo Neves es la puerta más cercana de las Cataratas al mundo. Si bien Iguazú cuenta con un aeropuerto habilitado para recibir vuelos internacionales, históricamente sólo contó con dos frecuencias semanales de vuelos internacionales antes de la pandemia a través de la conexión con Madrid mediante la habilitación del Air Europe, conexión que no se ha podido restablecer. En tanto, las Cataratas recibían a los turistas que arribaban de varios puntos del mundo al aeropuerto de Foz, lo que beneficiaba al destino de forma directa, además del hecho de que el destino es comercializado a nivel mundial como triple frontera.
“A seis meses de la reapertura del paso internacional y un poco más de la reactivación de la actividad turística nacional comprendemos que la conexión fronteriza por el puente Tancredo Neves es de suma importancia para el crecimiento en cuanto al flujo de visitantes”, sostuvo Leopoldo Lucas, presidente del Iguazú Turismo Ente Municipal (Iturem).
Sobre este punto, recalcó que “a nosotros nos interesa mucho esa conectividad, hemos trabajado mucho con el público de Brasil para que venga a Iguazú. Además el aeropuerto internacional de Foz de Iguazú representa un importante medio de ingreso de grupos europeos que, por supuesto, hacen su paso hacia nuestro destino para visitar y realizar diferentes actividades en nuestra ciudad”
Al ser consultado sobre el impacto de la reapertura del Tancredo Neves para el turismo, Lucas reflexionó: “Si bien el movimiento todavía no es de alto impacto, a medida que se vayan afianzando, con mayor tenacidad, las medidas referentes a los pases sanitarios, documentación y demás reglamentaciones, esto tiende a crecer y, en consecuencia, el movimiento del destino será de alto impacto. Las expectativas son positivas ya que, al igual que el turismo nacional, el paso fronterizo está siguiendo la tendencia de crecimiento escalonado”.
Por su parte, desde el sector gastronómico el análisis es similar en todos los emprendimientos respecto a la afluencia de comensales brasileños, que eran clientes frecuentes, aún no se ha podido recuperar el movimiento, estiman que si bien han vuelto a contar con el público de las tres fronteras no ha superado del 50 por ciento de lo registrado antes de la pandemia. En su mayoría apuntan a las demoras en la frontera que desanima a los brasileños a volver a degustar la gastronomía, teniendo en cuenta que la diferencia cambiaria les favorece.
Jorge Antonio, propietario de los restaurantes Aqua y Bambú, indicó a este matutino que “en rasgos generales la afluencia de brasileños desde noviembre a febrero se mantuvo en un 50 por ciento respecto al mismo periodo de 2020, en mi caso, pero estimo que los demás restaurantes estarían en porcentajes similares aunque depende de la popularidad en los segmentos de público de cada establecimiento”.
“Si bien hay un montón de factores que se deben tomar en cuenta al analizar la recuperación, creemos que las largas filas son la que impactan de forma desfavorable en la recuperación del sector” y agregó que “las filas en esta oportunidad se dan por el costo del combustible, muchos solo vienen a cargar combustible y aquellas personas que se dedican a la reventa en Brasil de nafta también producen las demoras. Es una cuestión a resolver más allá de la falta de personal en Migraciones y las casillas que no son habilitadas para agilizar el control”.
En tanto, desde el sector de Coordinación del Centro de Frontera, en enero justificaron las largas filas alegando que el aumento de casos de Covid-19 redujo notoriamente el personal que estaba trabajando.
No obstante, la situación epidemiológica ha mejorado considerablemente y las filas y demoras continúan registrándose.
Las personas que regularmente deben trasponer la frontera por cuestiones médicas, tráfico vecinal fronterizo o trabajo elevan sus quejas diariamente y temen que durante Semana Santa el paso fronterizo colapse.
En cifras
560
La cantidad de días que permaneció cerrado el puente internacional que une Iguazú con Foz. La habilitación se dio a finales de septiembre.
Lo que buscan los vecinos de Iguazú
Cuando reabrió la frontera terrestre entre Iguazú y Foz, brasileños y paraguayos fueron a la búsqueda de mercadería y de combustibles por la diferencia de precios que existe actualmente, además por la calidad que tienen los productos argentinos. En el caso de los vecinos de Iguazú, con la habilitación del puente Tancredo Neves se aceleraron los cruces desde la ciudad a Brasil para la atención médica. Es que la Ciudad de las Cataratas carece de un importante número de especialistas, por lo que los turnos médicos motivan el traspaso de la frontera.
Fuente: territoriodigital