Loreto: Un interno fue trasladado porque se negó a armar una mesa y sillas de madera para una polémica rifa “de los jefes”. Otra fuerza manejada por Ministro de Gobierno Marcelo Perez

28 mayo, 2023

“No quieren que el preso progrese, lo quieren hundido porque les sirve para sus beneficios”, dijo el interno

“ML”, o “El carpintero de Loreto”, tiene 40 años y desde 2009 cumple condena por “robo calificado”. Nació en Leandro N. Alem y un tío le enseñó de niño a trabajar la madera. Cuando sus conflictos con la ley se convirtieron en una sentencia del Tribunal Penal de Oberá a catorce años de prisión, decidió deconstruir su conflicto y desarrollarlo como alternativa. Eligió especializarse como carpintero y ser calificado como un destacado ebanista “de esos que se ven en las historias de Youtube”.

Dialogó con PRIMERA EDICIÓN para relatar que el lunes 15 de mayo, pocos días después de presentar un recurso de habeas corpus y denunciar ante el Tribunal Penal 2 de Posadas las irregularidades de los jefes penitenciarios de la Unidad Penal I de Loreto, fue trasladado compulsivamente y puesto bajo resguardo físico en la prisión de Oberá, también dependiente del Servicio Penitenciario Provincial.

Pasé de Loreto en el sector extramuros, donde recuperé una casa de madera toda destrozada para vivir y trabajaba en la carpintería y pude comprar muchas máquinas, a estar tirado en un pabellón con cucarachas y mugre, hacinamiento. Sólo por decirle basta a la corrupción de los jefes. Mi tío y mi pareja me ayudaban desde afuera en Loreto y yo construía mesas de madera, distintos muebles. Con el dinero que gané compré máquinas, que son caras, pero que me sirvieron también para enseñarle de carpintería a otros muchachos”.

“ML” aseguró: “Me cansé, yo tengo conducta perfecta en Loreto y también la tuve en Eldorado. Pero en Loreto primero fue el jefe de módulo que me pidió un juego de muebles para su comedor a cambio de que facilite el ingreso de alimentos, frutas y verduras no solo para la casita que reciclé, también para los otro siete compañeros de la carpintería. Después apareció el jefe de Seguridad de Loreto y me pidió lo mismo a cambio de nada, de su supuesta confianza. ‘Acá vas a tener que pagar impuestos porque nada es tuyo’, me dijeron. Y al poco tiempo el nuevo jefe de la unidad penal también mandó pedir un modular para la cocina de su casa. Pero quería que sea de cedro y loro negro porque había visto que mi tío me trajo varias tablas de esa madera”.

El colmo fue el juego de comedor para una rifa que cada número valía dos mil pesos. Presuntamente era para comprar cuatro aires acondicionados para un sector de la cárcel. Iban a sacar millones de pesos con mi trabajo y ya dije que no lo iba a hacer. Dos semanas después me pasaron nuevamente adentro de la prisión, intramuros, como un detenido recién ingresado a un pabellón y todas mis herramientas y demás cosas en la casita y en la carpintería”.

“Presenté el habeas y me citó el Tribunal Penal 2, me dijeron que las cosas se iban a solucionar y que todo se iba a calmar. Terminé en Oberá y mi familia todavía está reclamando que le devuelvan todo lo que se compró para la carpintería de Loreto”. Aseguró que volvió a pedir audiencia con el TP-2 que ejecuta su condena, pero que “no me respondieron más y no me dejaron denunciar nada. Acá estoy ahora en un pabellón, tirado, por negarme o cansarme de la corrupción”.

“En la cárcel los jefes no quieren que el preso progrese porque ellos necesitan que se hunda en el problema y eso les sirve a los negocios. Con internos más violentos se gasta más en fondos para reprimir y nadie controla cómo se gastan tantos millones de pesos. Por eso los jóvenes que delinquen no pueden avanzar acá adentro y caen rápido, salen y roban cualquier cosa y vuelven a prisión”.

Fue tajante: “Si no tenés un oficio, cuando salgas de acá vas a volver rápido y la vida te la van a hacer imposible, porque les importa un carajo todo a los jefes, responsables supuestamente”.

Replicó su queja directa a la Justicia: “Hay que llamarla Justicia a la misionera, porque de nacional no tiene nada, pienso que tiene su propia ley y se maneja aislada”. Pero también cargó contra uno de los organismos de control de los contextos de detención en Misiones: “La Comisión (Provincial) de Prevención de la Tortura es una comisión del Servicio Penitenciario. Trabajan para el SPP, porque palabra por palabra que hablé con los funcionarios que visitaron Loreto después me jugó en contra, sabían todo lo que les dije que estaba mal y había que solucionar. La comisión aparece para apaciguar, para calmar las aguas para que no haya ningún tipo de medida contra el SPP o cualquier juez que están actuando mal”.

Fuente: primeraedicionweb Foto: ilustrativa de autoridades del spp