Patricia Bullrich llegó a Rosario este lunes y dio detalles del plan de lucha contra el narcotráfico que planea implementar si llega a la Casa Rosada: 5 mil agentes de fuerzas federales, colaboración de las Fuerzas Armadas, bloques de búsqueda y la construcción de una cárcel especial para albergar líderes mafiosos, una combinación de las políticas implementadas por Nayib Bukele en San Salvador y por César Gaviria en Colombia.
De esa manera, la presidenta del PRO presentó en la ciudad con mayor índices de homicidios del país por causa de la guerra entre narcos, los lineamientos de campaña seguridad. Entre las principales medidas, anticipó que si es presidenta «vamos a trabajar con un cambio de leyes para que las Fuerzas Armadas colaboren en acotar las zonas de movimientos y el uso de armas que realizan estos terroristas», sostuvo en una de las medidas más polémicas que tienen antecedentes más que negativos en Méjico.
Lo que plantea Bullrich ahora es una intervención de 5 mil agentes de fuerzas federales en el territorio mientras que a las Fuerzas Armadas se le daría el rol de colaboradoras para «acotar las zonas de movimientos y el uso de armas que realizan estos terroristas», dijo la candidata apelando a la terminología que le está dando el presidente de El Salvador quien acaba de inaugurar una mega cárcel con capacidad para 40 mil reclusos destinado exclusivamente a albergar integrante de las maras, como se conoce a las organizaciones narco que hicieron del país centroamericano uno de los más violentos del mundo.
Además, Bullrich apeló a otra figura internacional que fue ícono de la lucha antinarco como los «bloques de búsqueda» implementados en la Colombia para dar con Pablo Escobar Gaviria, el mítico jefe del Cartel de Medellín que desde mediados de la década de los 80 tuvo en vilo al poder político local y su captura se dilató años por la filtración en la policía y el Ejército que había logrado «El Patrón» hasta que en diciembre de 1991 cae abatido por una brigada.
La característica de estos bloques, que aún siguen vigentes en Colombia como una unidad activa de la Policía Nacional, es que se componen de efectivos de distintas fuerzas para objetivos concretos para atrapar a los cabecillas de las bandas, lo cual Rosario tiene la particularidad que los líderes de las mismas están presos y operan desde las cárceles y los que tienen a la ciudad bajo fuego son lugartenientes y sicarios improvisados que le aportan una realidad más compleja de abordar ya que no se tratan de personajes con cierta complejidad.
Lo cierto es que para ello, Bullrich también planteó la construcción de una mega cárcel especial para narcotraficantes. A su vez, la ex ministra de Seguridad afirmó que quiere «resguardar a la policía de Santa Fe y a sus familias, porque estás bandas se encargan de meter miedo a quienes deciden darles pelea, con personas que viven bajo extorsión. Pensamos enviar fuerzas cuyas familias no estén establecidas en el lugar para que nadie tenga temor a las consecuencias», sostuvo.
Es que otro problema que atraviesa la provincia y explica en gran medida la crisis es la vinculación de muchos elementos policiales con las organizaciones narco. De hecho, llama la atención que en una ciudad con el grado de violencia que prácticamente registra un homicidio por día y en su gran mayoría por la guerra entre pandillas, no haya enfrentamientos con la policía.
En efecto, por el atroz asesinato del policía Rodrigo Medini, quien murió hace quince días en una balacera contra la fachada de un boliche en una noche concurrida mientras hacía horas extras, está bajo investigación un suboficial de la misma policía junto a un subalterno.
Como sea, frente a unas 600 personas que se reunieron en barrio Pichincha para escuchar a la ex ministra, Bullrich ensayó un discurso de mano dura conta la narcocriminalidad junto a referentes locales del PRO y radicales como Dionisio Scarpin, Carolina Losada y Maximiliano Pullaro, quienes se anotaron en la carrera a la gobernación.